La enseñanza telemática también puede ser muy divertida y prueba de ello es los trabajos tan fantásticos que puede llegar a crear nuestro alumnado. Es más: las limitaciones de la comunicación online deben ser la base de la creatividad que todos hemos desarrollado para hacer nuestra vida divertida y feliz en no importa que circunstancia.
Un ejemplo de ello fue el ingenio de la población mundial para realizar ciber-reuniones con familiares y amigos en los confinamientos: los ciber-aperitivos y las ciber-meriendas en las que todos aprovechábamos para compartir momentos con seres queridos por teléfono o videoconferencias.
Hacer eso mismo con el alumnado también fue tremendamente positivo con nuestro alumnado y con algunas sesiones de multiconferencia: usar la videoconferencia para hacer una ciber merienda todos juntos en la que los alumnos nos contaran en inglés como estaban, qué hacían, cómo había sido su semana, que había sido lo mejor para cada uno...una de manera de recordarnos (y de practicar) el idioma para contar experiencias, describir acciones, expresar emociones, hacer planes, compartir ilusiones y fundamentalmente crear puentes que rompen el aislamiento y alegran a todos el día.
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