viernes, 11 de enero de 2019

Una forma más cálida de acercarnos a la Poesía



En el curso 2016/2017, al abordar el estudio de la poesía en la Sección Bilingüe en 1º de la ESO se nos plantearon inicialmente toda una serie de dudas ¿Cómo hacerlo para que no fuera demasiado árido? ¿Cómo hacerlo para que fuera accesible a los alumnos adolescentes? ¿Cómo no ser demasiado academicistas?

Como amantes de la poesía, en este caso en lengua inglesa, pero también en cualquier otro idioma, nos preocupaba sentar un precedente que más que acercar a los alumnos a la poesía en inglés, les alejara de manera definitiva.

Reflexionar sobre las razones por las que no sólo nosotros, sino cualquier otra persona adora la poesía, aunque sea un único poema, nos llevó a abordar el tema desde un punto de vista arriesgado: acercarnos a ella de un modo afectivo.

Como es muy difícil que todos podamos emocionarnos con la misma serie de poemas, se nos ocurrió que el modo de acercanos fuera distinto: desde la empatía.

En lugar de traer al aula una serie de poemas preferidos de una misma persona (su profesor, por ejemplo) se nos ocurrió que quizá sería una mejor idea si cada vez traíamos el poema favorito de una persona distinta.

Tuvimos que pedir a un montón de personas (profesores, alumnos, familiares, amigos, colegas, etc.) que cada uno nos sugiriera un poema distinto. Uno, el que fuera. Su favorito. La única condición es que ese fuera uno de sus poemas preferidos. Algo que le emocionara. Que sintiera. Que le conmoviera.

El resultado fue una serie de algunos de los poemas más bonitos en lengua inglesa, pero seguía el problema de como llevarlo al aula.


Para no abrumar, decidimos que cada vez se llevaría un poema al aula. Dos, como mucho. Después, tras leerlo, sin citar nunca el nombre de la persona que nos lo había sugerido, dejabamos que los alumnos se hicieran preguntas en voz alta. ¿De qué trata el poema? ¿Qué sucedía en él? ¿Por qué alguien se había emocionado?


La respuesta fue sorprendente: no sólo porque los alumnos entendían enseguida el mensaje del poema, sino porque muchas veces sugerían una segunda, una tercera, una cuadruple interpretación del poema. Y no hablemos ya cuando especulaban sobre por qué alguien amaba ese poema. Las explicaciones eran de lo más variopinto. Pero eso lo único que hacía era iluminarnos sobre la riqueza de la obra, porque esa es una de las virtudes de las obras de arte: que inspiran. Y que los sentimientos que inspiran pueden ser de lo más variado, sorprendente, incluso opuesto.

Y la verdad es que la experiencia fue iluminadora. Y así tan gratificante que desde entonces le hemos dado continuidad.

Por si alguien tiene curiosidad, publicamos más abajo una lista de algunos de los poemas que se nos sugirieron y que disfrutamos tantas mañanas de clase. Disculpas también a los alumnos de Sección de 1º de este año porque por razones de temporalización, aunque realizamos una actividad parecida, no pudo ser tan extensa como la del año pasado. Pero que no preocupen: se lo compensaremos.

Y Mil Gracias a todos aquellos (Alumnos/as, Profes, Conocidos, Familiares, etc.) : que sepan que con sus sugerencias han contribuido a crear futuros amantes de la poesía. Ahí van una serie de algunos de los poemas que leímos:

1. Song of Myself – by Walt Whitman
2. The Road Not Taken – by Robert Frost

3. Invictus by William Ernest Henley

4. My Papa´s Waltz – by Theodore Roethke
5. Sonnet 116 -by William Shakespeare
6 The Giving Tree – by Silverstein
7 Life is Fine – by Langston Hughes
8 Mirror – by Sylvia Plath
9. Jabberwocky – by Lewis Carroll
10 Television – by Roald Dahl
11 Still I Rise – by Maya Angelou
12 This is just to say – by William Carlos Williams
13 IF – by Rudyard Kipling
14 Funeral Blues – by W.H. Auden







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